I'm giving you a night call to tell you how I feel
I want to drive you through the night, down the hills
I'm gonna tell you something you don't want to hear
I'm gonna show you where it's dark, but have no fear
There's something inside you
It's hard to explain
They're talking about you boy
But you're still the same
I want to drive you through the night, down the hills
I'm gonna tell you something you don't want to hear
I'm gonna show you where it's dark, but have no fear
There's something inside you
It's hard to explain
They're talking about you boy
But you're still the same
Me pregunto cómo es posible habitar esferas tan distintas, sensibilidades tan alejadas, necesidades que se expresan de forma tan diferente. Cómo encontrarse en otro espacio, y ver al fondo en perspectiva a otro extraño y resultar ser éste alguien con quien vivimos de veras, o creímos hacerlo (que viene a ser lo mismo).
Por un momento me resulta sobrecogedor. Sí, por un
momento, duro y frío, es sobrecogedor, no cabe duda. Aunque luego, no es
preciso pensarlo mucho, la edad, la experiencia y mi mirada presente, me hacen
comprender que en esto justamente consiste la vida. Cada vez, con miedo e
incomprensión a menudo, con un dejar hacer, fluir, estar, vivir otras –
atrapando a duras penas el instante y sacándole brillo – comprendo más y más
que la vida se nos escapa, en el tiempo, cuando caiga en cascada con el último
ocaso; y que mientras, cada segundo es un relámpago entre dos nadas y sólo
nuestro afán puede dar sentido al bosque de luces. Sólo nuestro afán, si es ese
su empeño. Tal vez es mejor habitar esas luces, recoger su calor, beber su luz,
y luego, seguir la vida. Yo, por si acaso, donde veo una mano tendida ahí me
agarro.
Y estos pequeños encuentros, éste escrito, esas frases entre dos copas, veladas, son la máxima expresión, en nuestra vida cotidiana, de eso que ha sido mi máxima aspiración durante tanto tiempo: la consciencia de estar vivos, nuestra experiencia, ser y estar, vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario